Biografia de Alfredo Rebaza Acosta
Alfredo Rebaza Acosta nació un 2 de diciembre de 1902, en época de lluvias, cuando todo el paisaje se torna más hermoso en la Sierra de Huamachuco, provincia del departamento de La Libertad; tierra de gran valía del Perú por ser el lugar en el que nacieran otros personajes importantes como: Faustino Sánchez Carrión, prócer de la independencia del Perú; César Vallejo, gran poeta universal y Ciro Alegría.
Fueron sus padres Alfredo Rebaza Acosta y Grimaneza Acosta, primos, pertenecientes ambos a familias principales del lugar. Su padre fue Subprefecto de Huamachuco y el maestro Rebaza lo recordaba como un hombre arrogante, viajero incansable y profundamente amoroso con sus hijos. De su madre contaba que había sido la personificación de la bondad y la sumisión, profundamente abnegada, dejó grandes huellas en la personalidad de sus nueve hijos, el doctor Rebaza fue el segundo. Curiosamente a todos les pusieron nombres que empezaban con la letra A; Amelia, Alfredo, Alicia, Adriana, América, Aída, Arturo, Antero y Andina; la menor.El doctor Rebaza era descendiente por línea materna del “Solitario de Sayán” Don Faustino Sánchez Carrión, Secretario del Primer Congreso Peruano, uno de los autores de la Constitución de 1823 y ministro general de Bolívar. Redactor de numerosos artículos, fundador del periódico “Tribuno de la República”, editado en 1822, con su pluma hizo conciencia patriótica. Basadre dijo de él que era” el hombre más eminente de la emancipación peruana”. Las primeras letras las llevo en el Centro Primario 241 de Huamachuco. No fueron sus estudios regulares. Por épocas, tanto él como sus hermanos eran educados por profesores particulares. Su niñez y su adolescencia transcurrieron en su pueblo natal, rodeado de gente cálida y sencilla donde fue fácil para él captar los valores morales que lo acompañarían siempre. Ahí formó su carácter estudioso, responsable, jovial y risueño.Concluida la secundaria, tuvo definitivamente que abandonar el pueblo en busca de una universidad. Al joven Alfredo se le planteó la decisión de elegir una carrera y optó por estudiar Historia, Filosofía y Letras. Decisión muy acertada, como lo demostraría más adelante. La universidad más cercana estaba en la capital del departamento, Trujillo. El viaje no era, entonces, nada fácil, la ausencia de carreteras lo hacía difícil; había que sortear grandes precipicios pero para él fue inolvidable. Al llegar a Trujillo lleno de ilusiones, con mucha voluntad pero con pocos libros tuvo que someterse al examen de ingreso; era la primera vez que la Universidad lo iba tomar. Corría el año de 1919. Victorioso en el examen, ocupó el primer puesto conjuntamente con Carlos Manuel Cox, quien sería con el correr de los años, destacado intelectual y líder del Partido Aprista Peruano. Estudiando con verdadera dedicación culminó su carrera en 1923, obteniendo el título en Bachiller en Historia, Filosofía y Letras. Durante una retreta en Trujillo, conoció a la que iba a ser el amor de su vida, Georgina Flores Pinillos. Bella y comprensiva, lo acompañó siempre. Juntos fundaron un hogar ejemplar en el que procrearon tres hijos: Adriana, Alfredo y Alberto. Padre cariñoso, sabía manifestar su afecto y estimularlo mejor en ellos. Convencido que es el niño el que tiene que construir su propio aprendizaje, se negaba adrede en realizarles sus tareas escolares, basándose en estímulos despertaba en ellos el aprendizaje. Despertar el autoestima en ellos, sin decirlo, era la base de la relación con sus hijos y sus alumnos que eran también, como lo solía decir muchas veces sus hijos. Desde niño había sentido una profunda emoción social que lo llevó a valorar a los seres humanos más allá de sus rostros, a interesarse por los marginados sociales, a rechazar las injusticias que tan comúnmente había visto cometer en la sierra. Creía en la igualdad de los hombres y rechazaba todo lo que opusiese a ello.
Labor Docente y Académica
Con dotes naturales para la enseñanza se inició en la docencia por los años de 1929, como profesor del Instituto Moderno de Trujillo, dirigido por el Dr. Carlos E. Uceda, pasó después, en 1931, a ser profesor de historia en el Colegio Nacional de San Juan de la misma ciudad. En 1933 se trasladó a Lima y enseñó por 19 años en diversos colegios particulares como el Instituto Chalaco, el Colegio Modelo del Callao, el Instituto Técnico de Enseñanza, el Instituto de Lima, el Colegio Corazón de Jesús, el Colegio Superior, el Colegio Lima San Carlos y el Colegio Felipe Santiago Salaverry. Tenían que haber sido colegios particulares porque debido a sus ideas políticas estaba impedido de trabajar en el Estado. Los estudiosos de su obra están analizando su quehacer periodístico que sin lugar a dudas podrá constituirse en un aporte extraordinario a la rama periodística y al pensamiento político social de su época, pues era magnifico enseñando que los acontecimientos que hicieron historia y los hombres que la hicieron eran seres humanos. La historia que el Dr. Rebaza enseñaba “olía a hombre”. La utilización de la pizarra formaba parte de su didáctica era magistral porque convertía a cada acápite en una especie de título periodístico que contenía en pocas palabras todo un tema. Su estilo periodístico compenetrado con su didáctica lo llevaron posteriormente a escribir libros de consulta y textos escolares de extraordinario valor que se hicieran con el tiempo clásicos en la secundaria peruana. Durante el tiempo en el que fueron publicados –hasta la década del 70– difícilmente hubo un joven estudiante que no lo utilizara.
Falto de ambiciones económicas, jamás pensó ni quiso hacerse rico con ellos, él que había editado diarios y revistas en su vida, no quiso hacerlo con sus textos, pese a que fueron reeditados más de 20 veces.Igualmente sucedió con sus otras publicaciones como “La Monografía de Huamachuco” premiada en la exposición del Primer Centenario de la Independencia de Trujillo en 1921; el curso de “Pre Historia”, de 1936; el “Anecdotario Histórico” y la “Historia de la Cultura”; “El Problema Educativo Peruano”, tesis con la que obtuvo el título de Doctor en Educación en el año de 1962.
En 1938 había ingresado a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar derecho. Sólo estudió hasta el cuarto año, debió darse cuenta que su destino estaba en el magisterio y no en la abogacía. En 1948 es nombrado catedrático en la universidad de Trujillo, enseña Historia de la Cultura, Literatura y Castellano avanzado. Ese mismo año es nombrado director del Instituto de Literatura. En 1950 nuevamente en Lima es nombrado secretario y profesor de historia en la GUE Melitón Carvajal. Era la primera gran unidad escolar creada en el Perú. Un año antes, en 1949 había ingresado como profesor de historia al colegio militar Leoncio Prado, ahí permanecería hasta 1957 en el que por propia decisión y al habérsele reconocido 28 años de servicio al estado decidió renunciar. En 1953 ocupa el cargo de director de estudios después de haber desempeñado el cargo de asesor de letras. Profesor de gran creatividad, hizo innovaciones pedagógicas como crear actividades extra programáticas, cursos de nivelación, clubes estudiantiles, exámenes orales. Con todo ello el colegio destacó tanto a nivel nacional como internacional obteniendo premios aquí y en el extranjero.
